¿Cuánto puede durar una restauración?

He visto restauraciones que llegan a Dentosalud, fallando en 2 semanas o menos. A veces 2 años… a veces 5 años…a veces 8 años…

Las carillas de resina pueden durar 8 años o más bien mantenidas. A veces llegan a los 10, 12, 15 años, perdiendo un poco de color por ejemplo (Y en caso de daño pueden repararse. Genial, ¿cierto?). Las carillas de cerámica, pueden durar 15, 20 años o más. ¡He visto coronas e incrustaciones que pasan los 35 años!

¿Pero por qué algunas restauraciones duran días, y otras duran décadas?

En mi experiencia, hay 4 factores fundamentales que influyen en el éxito a largo plazo:

  • Si el dentista trabaja con los mejores materiales y técnicas, con pasión, planificación, detalle y esmero, se puede esperar una mayor duración, por supuesto.
  • Si el paciente mantiene hábitos y función saludables. Disminuir dieta dañina como golosinas, bebidas azucaradas. Corregir hábitos nocivos (comerse las uñas) y parafunciones (el famoso bruxismo, rechinar los dientes en la noche). Eso destruye dientes sanos…con mayor razón destruirá las restauraciones. Ésto deja claro que si solo se “tapa el diente”, no se soluciona realmente el problema del paciente, y solo se sumarán problemas, se perderá tiempo, dinero…y a largo plazo dientes, función, estética etc. se sumarán a la lista del desastre.
  • Mantener un control constante en caso de pequeños daños (que muchas veces pueden repararse como ya dije, más económico, y se evita daño).
  • Si se logra mantener la MAYOR cantidad de diente sano posible, especialmente el esmalte que es lejos el cimiento de mejor calidad para construir.

Tengo sellantes en mi boca. Algunos tienen 33 años ahí, y van a seguir ahí durante quien sabe cuántos años más. ¿Por qué? porque: mi dentista hizo un buen trabajo, yo cuido mis hábitos, me monitoreo, y mis dientes bajo estos sellantes están íntegros. No se desgastó diente para hacerlos.

Mientras más diente sano haya, más tiempo durarán las restauraciones (bien hechas, por cierto)

Por tanto, mientras menos daño se haga al diente, más cimiento de la máxima calidad, y mayores serán las probabilidades de éxito a muy, muy largo plazo.

Sin embargo, la pregunta que cabe hacerse es: ¿Hay algún material que sea tan duradero como el diente natural? y la respuesta es:

Absolutamente NO.

Un diente puede durar más de 100 años. Los materiales cerámicos de última generación tienen una excelente durabilidad, pero nada, NADA es mejor que el diente natural.

El mensaje que quiero dar es el siguiente:

  • Cada diente es un tesoro invaluable. El implante es el mejor tratamiento para reemplazar un diente perdido, y es caro, porque es la tecnología de más alto nivel disponible para este tipo de situaciones…es duradero, estético, resistente, mucho mejor que no tener dientes… pero ¿es mejor que un diente natural?. NO. ¿Es más estético? NO. ¿Es más resistente, duradero? NO.

¿Cuánto cuesta UN diente, entonces?

Cada diente nuestro es invaluable, lo que pasa es que mucha gente no lo sabe. Ese pedacito nuestro que muchos quieren extraérselo, pensando que lo artificial será mejor. Que da flojera a veces lavar, que cuesta a veces tiempo y dinero mantener…tristemente la gente se da cuenta del tesoro que tenía cuando lo pierde.

(¿Cuánto vale cada uno de nosotros, entonces? Piénselo).

-Por lo anterior, no permita que le destruyan su tesoro, maravilla preciosa y milagrosa de la biología. Existe una tendencia conocida como “shark teeth”, tendencia en redes sociales, la cual consiste en que jóvenes se destruyen, se mutilan sus dientes para tener una sonrisa “perfecta” con coronas, dando una apariencia de dientes artificiales blancos, casi fluorescentes. Muchas historias hay de arrepentimiento también a posteriori de gente que se realiza ese tipo de tratamientos destructivos . Si destruyen tanto diente… ¿Cuánto va a durar eso? Basta con que se produzca una caries…adios diente, adios sonrisa.

¿Por qué dentistas hacen eso?

Porque es mucho más rápido, expedito, y menos complicado para el tratante lograr una apariencia de estándares imposibles, en que el color, la forma, etcétera queden parejos. Destruyen todo, para reconstruir todo de nuevo de manera artificial. Yo hice un juramento al asumir como odontólogo, “primum non nocere”, no haré daño. Eso significa, siempre que sea posible, no dañar diente sano, y si es necesario hacerlo, que sea el absoluto mínimo posible. Sin excepción.

  •  Vale la pena prevenir, absolutamente. Es una gran inversión. A menor daño menos costo, menos tiempo, más durabilidad de los tratamientos.

Los dientes sirven para comer, para hablar, para mantener la salud, pero también para sociabilizar, para expresarnos, para sonreir. Si cada diente es invaluable, la sonrisa con mayor razón. Nos cambia a nosotros y a nuestro alrededor. Cambia actitudes, es la materialización de lo positivo. Es cambio. Es poder. Nos muestra el valor que tenemos de superar la adversidad y volver a levantarnos.

Tenemos un poder que a veces no podemos ver, aunque lo tengamos evidente frente al espejo. Y a veces basta con hacer un cambio. Arreglar un detalle, para volver a despertar ese poder. Y

volver a sonreir otra vez.

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